¿Qué se te viene a la cabeza al escuchar los términos Tofu, Mofu, Bofu? No… No los hemos sacado de la carta de postres de un restaurante japonés.
Si estás metido en el mundo del marketing digital, ya sabes, por aquello de captar y convertir clientes, estos términos no deberían sonarte a chino (ni a japonés).
Son piezas clave para optimizar el embudo de conversión, ese proceso mágico que convierte a simples visitantes que pasaban por allí en fieles clientes.
Las etapas de Tofu (Top of Funnel), Mofu (Middle of Funnel) y Bofu (Bottom of Funnel) permiten guiar a los usuarios en su recorrido desde el descubrimiento hasta la decisión de compra.
Y sí, vamos a desmenuzar cada aspecto de este enfoque y cómo puedes optimizarlo en tu estrategia digital.
¡Manos a la obra!
Para entender cómo funciona todo esto del tofu, mofu, bofu, lo primero que necesitas saber es que estamos hablando de las tres principales fases de un embudo de conversión.
Y, lo segundo que necesitas, es hacerte una idea clara de en qué consiste cada una de estas etapas.
¡Vamos a verlo!
Tofu (Top of the Funnel)
Aquí nos encontramos con usuarios que no te conocen y que, quizás, ni siquiera saben que tienen un problema que tú puedes resolver. Entonces, ¿cuál es el objetivo en esta fase? Captar su atención y atraerlos hacia tu marca. Ahora, ¿cómo hacerlo?
Mofu (Middle of the Funnel)
La cosa va cogiendo color. El usuario ya te conoce y empieza a considerar soluciones. Aquí el enfoque debe ser educar y construir confianza.
Bofu (Bottom of the Funnel)
Aquí, el cliente ya está caliente. Está listo para tomar una decisión. Es el momento de darle motivos claros para elegirte a ti.
Tofu, Mofu, Bofu… Como ves, cada etapa representa un nivel diferente de conciencia y compromiso del cliente.
Y tu trabajo es proporcionar contenido que encaje perfectamente en cada una. Sin un enfoque claro para Tofu, Mofu y Bofu, no darás abasto intentando tapar las fugas de tu embudo.
Son como los peldaños de una escalera que llevan al cliente desde el descubrimiento hasta la conversión. Cada una es indispensable (si te saltas un peldaño, el porrazo puede ser épico) y, sobre todo, tiene su propia dinámica.
El contenido no es una camiseta de talla única. Lo que funciona en Tofu no tendrá el mismo impacto en Mofu y mucho menos en Bofu.
Por eso, tienes que adaptar tu estrategia marketing de contenidos. Sin excusas.
¿Cómo?
Adaptar tu contenido a las necesidades específicas de cada etapa del embudo (tofu, mofu, bofu) es una inversión estratégica que mejorará la eficacia de tus campañas de marketing de manera exponencial, créenos.
Como imaginarás llegados a este punto, gestionar una estrategia de Tofu, Mofu y Bofu implica coordinar una serie de tareas que van desde la generación de contenido hasta la automatización de procesos y el análisis de datos.
Y aquí, el secreto está en las herramientas.
Necesitas hacerte con el team ideal. Herramientas que trabajen en sinergia para optimizar cada etapa del embudo de conversión.
¿Las vemos en detalle?
Tu estrategia de contenidos necesita un sistema robusto que permita organizar, publicar y analizar el impacto de tu contenido en cada etapa del embudo.
La automatización te permite ahorrar tiempo y ofrecer contenido personalizado en el momento adecuado.
Entender el comportamiento de tu audiencia es fundamental para ajustar tus estrategias y maximizar el rendimiento.
Las redes sociales son las reinas del Tofu. Se les da genial eso de atraer tráfico y aumentar la visibilidad.
Un buen contenido es la base de cualquier estrategia de Tofu, Mofu, Bofu. Ya lo hemos visto. Y estas herramientas te ayudarán a crearlo con calidad y rapidez:
Para la fase Bofu, las campañas de remarketing son como el aire que respiras. Estas herramientas te ayudarán a reactivar leads interesados:
El rey del baile. Segmentación, automatización, análisis… No hay Tofu, Mofu o Bofu que se resista a un buen CRM. Y aquí, nuestra recomendación estrella está clara:
Gestionar una estrategia de Tofu, Mofu y Bofu no es tarea fácil, es cierto. No depende de una sola herramienta, sino de un ecosistema que abarque el todo.
Pero en cuanto lo tengas, la misión será mucho más manejable, ya verás.
Si no puedes medirlo, no puedes mejorarlo. Este mantra aplica sin fisuras al embudo de conversión.
Cada etapa (Tofu, Mofu, Bofu) tiene métricas específicas que debes analizar para evaluar su eficacia.
Te dejamos por aquí los indicadores clave:
El análisis constante te permitirá identificar cuellos de botella y ajustar tu estrategia para maximizar los resultados en cada fase del embudo.
Recuerda, sin métricas, volarás a ciegas.
El marketing B2B no juega en la misma liga que el B2C. Pero, ojo, cuando se trata de Tofu, Mofu y Bofu, si juegas bien tus cartas, las oportunidades son abismales.
Eso sí, siempre implementando las prácticas adecuadas:
1. Conoce a tu buyer persona: Antes de lanzar cualquier estrategia, tienes que descubrir (y entender) quién es tu cliente ideal. Si no sabes quién es y qué necesita, ¿qué pretendes contarle?
2. Integra los equipos de ventas y marketing: Ambos deben trabajar en sincronía para nutrir leads y cerrar ventas B2B. Es un baile de pareja en el que no se permiten pisotones.
3. Personalización: La clave para empresas B2B es ofrecer contenido altamente específico que se ajuste a medida con las necesidades de las empresas objetivo.
4. Prueba y ajusta: Realiza A/B testing en emails, landing pages y llamadas a la acción para optimizar constantemente tu embudo.
Para las empresas B2B, implementar estrategias basadas en Tofu, Mofu y Bofu no es solo una buena idea, es una necesidad competitiva que marca la diferencia entre el éxito y el estancamiento.
Y ahora sí, ya tienes todo lo necesario para convertir tu embudo de conversión en una máquina bien engrasada.
Recuerda, el quid de la cuestión está en ver cada etapa del embudo de conversión como una oportunidad para conectar con tus clientes, independientemente del momento en que se encuentren.
¿Todo listo?
Si sientes que la cosa aún se te escapa un poco entre las manos, no te preocupes… ¡Podemos hacer match!