Hay una verdad que muy pocos dicen en voz alta: una web barata puede salirte carísima.
Vamos a decirlo sin rodeos: si buscas tu marca en Google y necesitas dar un par de vueltas para encontrarla, tenemos un problema. O, mejor dicho, tienes un problema de visibilidad.
Tu web no puede permitirse el lujo de ser bonita pero muda.
Hay algo peor que no tener una landing page: tenerla… y que no funcione.
No estás escribiendo solo para personas. Desde hace un tiempo, hay un nuevo lector premium (con permiso de Google) y silencioso escaneando cada una de las palabras de tus contenidos: la inteligencia artificial.
¿Cuántas veces has oído aquello de “el CRM es cosa de ventas” y has sentido un pequeño cortocircuito cerebral?