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Por qué la mayoría de newsletters fracasan y cómo hacer una newsletter que no caiga en la bandeja de spam

Escrito por Marta Lobo | 22-abr-2025 20:00:24

Las newsletters están de moda. Todo el mundo quiere tener una. Y muchas marcas se lanzan a crear la suya pensando que van a conseguir fidelizar audiencias, generar tráfico y convertir como nunca.

 

Pero se olvidan de algo básico: la mayoría de newsletters fracasan.

 

¿Por qué?


Porque se hacen sin estrategia, sin alma… y sin pensar en la persona que va a recibir ese correo.

 

Una newsletter no es un boletín. Es un pilar importante dentro del marketing de contenidos. Y si no le das el mimo, la intención y el foco que merece, terminará donde acaban los sueños rotos del email marketing: en la carpeta de spam o en el botón de “darse de baja”.

 

Hoy vamos a hablar claro:
Por qué fallan las newsletters, cómo hacer una que funcione de verdad, qué errores no deberías volver a cometer, y qué necesitas para que las tuyas no se conviertan en un pasivo silencioso.

 

Por qué una newsletter termina en el olvido, en spam o con la suscripción cancelada

No es que a la gente no le gusten las newsletters. Lo que no les gusta es recibir emails genéricos, aburridos, mal escritos o irrelevantes.

 

Estos son los tres grandes motivos por los que tus suscriptores podrían estar dándote la espalda:

 

  1. No aportas valor (o lo haces tarde)

Si abro tu correo y lo primero que leo es una promo forzada o un bloque de texto plano que no me dice nada, no lo volveré a abrir.

Las newsletters deben responder a una pregunta muy clara: ¿Qué gana el lector con esto?

 

  1. Suenas igual que todos los demás

“Hola, tenemos novedades para ti”.
“Descubre nuestro último artículo”.
“Promoción exclusiva solo para ti”.

Frases que hemos leído mil veces y que nos suenan a ruido de fondo, ¿verdad?

Si no tienes una voz clara y reconocible, tu mensaje se disuelve entre el resto.

 

  1. Abusas o desapareces

El equilibrio entre presencia y pesadez es delicado. Si envías emails a diario sin aportar nada nuevo, quemas a tu lista. Si escribes cada dos meses sin continuidad, pierdes el vínculo.

 

Si te paras a pensarlo se ve clarito como el agua. La mayoría de newsletters fracasan porque no tienen una estrategia ni están pensadas para el lector real. Están hechas para cumplir con el calendario, no para conectar.

 

Cómo hacer una newsletter que la gente quiera abrir (y leer hasta el final)

Vamos a construir una newsletter irresistible, ¿te parece? Una que tu audiencia espere como quien espera la nueva temporada del último bombazo de Netflix.

 

Cositas que tienes que tener en cuenta:

 

PSICOLOGÍA DEL EMAIL MARKETING

El email no es una red social. Es un canal íntimo, directo y personal. Tu newsletter entra en un espacio privado del lector. Por eso, la conexión debe ser emocional, clara y de valor.

 

Claves psicológicas que funcionan:

  • Reciprocidad: si aportas valor constante, el lector se siente en deuda.
  • Curiosidad: si abres un bucle narrativo en el asunto, querrán saber más.
  • Anticipación: si generas expectativa, esperarán tu siguiente correo.

 

COPYWRITING: LO QUE TE HACE (O TE ROMPE)

  • Asunto

El 80 % del éxito de tu newsletter depende de esta línea. Sí, solo de una línea. Es lo primero (y muchas veces lo único) que se lee.

 

Así que, dos consejos clave por aquí:

  • Que genere intriga, urgencia o beneficio claro.
  • No uses clickbait ni grites con mayúsculas.

 

  • Preheader

Es la parte que aparece justo después del asunto. Y sí, cuenta más de lo que crees. Aprovecha para completar la idea del asunto o lanzar una micro-llamada a la acción. No la malgastes con una promo genérica. Deja el 2x1 del Carrefour para el Carrefour. Tú a lo tuyo.

 

  • Cuerpo del mensaje

Aquí empieza la experiencia real. Necesitas:

  • Una entrada que enganche (pregunta, dato, historia…).
  • Texto fácil de escanear (bullets, párrafos cortos, frases de impacto sueltas…).
  • Una estructura clara con una idea central.
  • CTA sutil pero que funcione (no siempre tiene que ser “compra”, puede ser “lee más”, “responde”, “descarga”…).

 

DISEÑO Y UX EN NEWSLETTERS

Una newsletter mal diseñada es un crimen.

 

Reglas básicas:

  • Diseño responsive: se tiene que ver bien en cualquier dispositivo.
  • Usa jerarquía visual: títulos grandes, secciones separadas, colores estratégicos.
  • No abuses de las imágenes: pesan más, cargan lento y muchas veces se bloquean.
  • Máximo 2 tipografías, buena legibilidad y suficiente espacio en blanco.

 

Tip extra: Piensa tu newsletter como en una landing en miniatura. Tiene que ser clara, atractiva y guiar al lector.

 

Automatización y personalización: El secreto de las newsletters que convierten

Una newsletter no debería ser un PDF disfrazado de email. Debería sentirse como un mensaje hecho a medida.

 

Y para conseguir eso hay dos cosas que tienes que trabajar muy bien:

 

  • Personalización: más allá del nombre

Sí, poner “Hola, Fulanita” está bien. Pero personalizar de verdad es:

  • Usar información de comportamiento (qué descargó, en qué hizo clic, qué compró).
  • Adaptar el contenido al perfil del lector.
  • Enviar en el momento ideal (no cuando tú tengas hueco, sino cuando ellos estén activos).

 

  • Automatización con sentido

¿Sabes qué da mucha rabia?
Suscribirte a una newsletter y recibir un email genérico con un “¡Gracias por suscribirte!”. Frío. Impersonal. Inútil.

 

¿Qué deberías automatizar (bien)?:

  • Flujo de bienvenida (con contexto, valor y expectativas claras).
  • Secuencias post-descarga o post-compra.
  • Recordatorios, aniversarios, contenidos segmentados.

 

He aquí el secreto: Automatiza para escalar, pero personaliza para conectar.

 

Evita la bandeja de spam: Cómo hacer una newsletter que vaya a la bandeja de entrada sí o sí

Aquí entramos en terreno técnico. Pero tranquilo, te lo explicamos sin que te explote la cabeza:

 

  • Configuración técnica clave: SPF, DKIM y DMARC

Tu newsletter puede ser maravillosa… pero si los servidores de correo no confían en ti, no la van a mostrar.

 

¿Qué necesitas configurar (sí o sí)?

  • SPF: certifica que estás enviando desde un servidor autorizado.
  • DKIM: firma digital que dice “esto no ha sido manipulado por el camino”.
  • DMARC: le dice a Gmail, Outlook y compañía qué hacer si hay dudas sobre la autenticidad de tu correo.

 

Si no sabes cómo hacerlo, pídele a tu proveedor de hosting o a tu técnico que los active. Es imprescindible.

 

  • Palabras y formatos que activan los filtros de spam

Evita este tipo de cosas si no quieres que tu correo acabe en el limbo digital:

 

  • Asuntos en mayúsculas y con muchos signos de exclamación.
  • Palabras como “gratis”, “dinero”, “ganar”, “urgente” u “oferta” en exceso.
  • Usar solo imágenes sin texto.
  • Incluir muchos enlaces en poco texto.

 

  • Cómo mejorar la reputación de tu dominio

Sí, tu dominio tiene reputación. Y si lo maltratas, Google te lo hará pagar.

 

  • Usa siempre listas limpias y con doble opt-in.
  • Mantén una frecuencia estable de envío.
  • Reduce las tasas de rebote (nunca compres bases de datos).
  • Incentiva el clic (no solo la apertura).

 

Tip extra: Si puedes, envía desde un subdominio dedicado solo a email. Es más limpio y más fácil de gestionar.

 

Métricas avanzadas: Cómo medir y optimizar el rendimiento de tu newsletter

Sí, lo sabemos, lo de tasa de apertura llama mucho la atención y es de lo que más se habla. Pero no basta con saber cuántos abrieron el correo. Tienes que entender qué pasó después.

 

Así que, hay unas cuantas métricas que no puedes pasar por alto:

  • Tasa de apertura: indica si el asunto funcionó.
  • Tasa de clics (CTR): mide el interés en tu contenido.
  • Click-to-open rate (CTOR): clics en relación a aperturas. Muy útil.
  • Tasa de conversión: objetivo cumplido (descarga, compra, formulario…).
  • Tasa de bajas y quejas de spam: si suben, algo estás haciendo mal.
  • Tiempo de lectura: ¿Han leído tu newsletter de cabo a rabo o se han aburrido en el segundo párrafo?

 

Vale, ¿y qué puedes hacer con esos datos? Por ejemplo:

 

  • Test A/B en asuntos, diseños, CTA.
  • Ajustar la hora y día de envío según el comportamiento.
  • Cambiar el tono o la estructura si baja el tiempo de lectura.
  • Reenganchar a inactivos con campañas específicas.

 

Recuerda, no se trata de enviar más. Se trata de enviar mejor.

 

7 errores (muy) comunes en newsletters que destruyen tu credibilidad (y cómo evitarlos)

Una newsletter puede ser tu canal estrella o un desfiladero al infierno. Y muchas veces, lo que hace que un suscriptor te bloquee o se dé de baja no es una gran metida de pata, sino una acumulación de pequeños errores que erosionan la confianza y el interés.

 

Vamos a repasarlos en profundidad y, sobre todo, a ver cómo evitarlos sin dramas:

 

  1. Enviar sin permiso (ni contexto)

Usar bases de datos compradas o importar contactos sin consentimiento es una bomba de relojería. No solo es ilegal en muchos países (hola, GDPR), sino que dispara las tasas de spam y arruina la reputación de tu dominio.

Hazlo bien:

  • Usa doble opt-in.
  • Explica qué tipo de contenidos va a recibir la persona y con qué frecuencia.
  • Dale siempre la opción clara de salir.

 

  1. Sonar a panfleto publicitario

Si cada una de tus newsletters huele a venta desde el primer párrafo, la gente huirá. Nadie se suscribió para recibir una lista de promociones. Se suscribieron porque esperaban contenido útil, ideas, inspiración o soluciones.

Hazlo bien:

  • Usa la regla 80/20: 80 % valor, 20 % venta.
  • Comparte consejos prácticos, historias, aprendizajes, tendencias.
  • Si vas a vender, hazlo desde el valor: explica el beneficio real, no solo el descuento.

 

  1. Descuidar el diseño (sobre todo en móvil)

El 70 % de tus lectores abrirán tu newsletter desde el móvil. Si el contenido no carga bien, se ve cortado o es ilegible, da igual lo bueno que sea tu copy: ese email está muerto antes de nacer.

Hazlo bien:

  • Usa plantillas responsive.
  • Prioriza texto sobre imagen.
  • Testea en varios dispositivos antes de enviar.

 

  1. Prometer en el asunto… y decepcionar dentro

El clickbait está pasado de moda. Y lo está porque es contraproducente. Si prometes una bomba en el asunto y luego ofreces contenido flojo, el lector no volverá…  Y encima, lo más seguro es que te marque como spam.

Hazlo bien:

  • Escribe asuntos llamativos, sí, pero realistas.
  • Entrega valor desde la primera línea del cuerpo del email.
  • Usa storytelling, sí, pero con contenido que cumpla expectativas.

 

  1. No tener una frecuencia definida (o pasarte de pesado)

¿Una newsletter cada dos días? ¿Una cada dos meses o cuando me acuerdo? Ambos extremos son un problema. La falta de consistencia rompe el hábito de lectura y hace que pierdas relevancia en la bandeja de entrada.

Hazlo bien:

  • Define una frecuencia que puedas mantener (semanal, quincenal, mensual).
  • Anúnciala desde el primer email para gestionar expectativas.
  • Ajusta según la respuesta de la audiencia (abren más los martes que los viernes, por ejemplo).

 

  1. Ignorar la segmentación

Enviar lo mismo a todos es fácil. Demasiado fácil. Tan fácil que te hace irrelevante. Si no segmentas por intereses, comportamiento o etapa del funnel, tus mensajes caerán en saco roto.

Hazlo bien:

  • Crea listas basadas en la interacción, el origen del lead o su comportamiento.
  • Adapta el contenido, tono y CTA según el segmento.
  • Usa etiquetas dinámicas y flujos personalizados.

 

  1. No medir ni optimizar (y seguir por inercia)

Si envías newsletter tras newsletter sin mirar los datos, estás volando a ciegas. Y lo peor es que podrías estar repitiendo cualquiera de los errores anteriores semana tras semana sin saberlo.

Hazlo bien:

  • Revisa métricas clave (apertura, CTR, conversiones, bajas).
  • Haz pruebas A/B con asuntos, CTAs, formatos.
  • Reutiliza lo que mejor funciona y elimina lo que no aporta.

 

Una buena newsletter puede convertirse en el corazón de tu relación con la audiencia. Pero si caes en estos errores y no pones solución al tema, lo único que estarás alimentando es el botón de “darse de baja”.

 

Recuerda: la bandeja de entrada no es un campo de batalla, es una oportunidad. Y cada error que evitas te acerca a convertir tu newsletter en un canal potente, fiable y rentable.

 

Así que, no te lo pienses, revisa la tuya con lupa y dale la vuelta.



Una buena newsletter no es abrir, leer y borrar. Es conectar, educar, emocionar y acompañar al lector.

 

Y si lo haces bien, cada envío se convierte en una cita que tu audiencia espera, disfruta y comparte.

 

Ahora dinos…


¿Vas a seguir mandando newsletters para cumplir con el calendario?


¿O vas a construir una newsletter que deje huella, mueva a la acción y te acerque más que nunca a tu audiencia?

 

Hazlo bien. Hazlo con intención.
Hazlo con estrategia. 

 

Y hazlo con nosotros si necesitas ayuda.