Hemos llegado al punto de ponernos manos a la obra con nuestra transformación digital, todo esto, después de tener una buena estrategia definida.
Hay que partir de bases claras: espíritu innovador, organización valiente ante los cambios y mentalidad de equipo. Tiene que ser un camino en equipo y remar en la misma dirección todos. Manos a la obra...
Lo siguiente es elaborar una estructura de empresa que sea capaz de sostener y llevar a cabo todas las nuevas funcionalidades.
Dentro de esta estructura montaremos una organización de empresa óptima en cuanto a la distribución de funciones, responsabilidades y puestos de dirección. Poco a poco iremos desgranando cuáles son los perfiles adecuados dentro de la compañía, y valorar la contratación de otros nuevos perfiles.
Debe llevarse una continuidad en los objetivos marcados y no romper esa “hoja de ruta” de la que todo el mundo habla, ya que conlleva desconcierto dentro de la compañía. Esto es muy importante, si te propones unos objetivos, hay que cumplirlos.
Ahora comienza el cambio, teniendo en cuenta las personas que hemos elegido, nuestros recursos, nuestros planes de acción y el análisis de resultados. Se trata de un círculo cerrado. También hemos de gestionar todas las áreas definidas en nuestra estructura y en la organización, no olvidemos que estamos en una pura gestión del cambio y ésta debe abarcar todo el proceso.
Nuestro modelo de pensamiento ha cambiado y se debe adaptar, teniendo a nuestro favor la tecnología, tenemos que saber usarla para que nos de opción a nuevas oportunidades dentro de nuestra Pyme.
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